Se acerca fin de año y es tiempo de balances. Casi todos los días escucho o leo a alguien diciendo que no ve la hora de que termine 2014. Y sí, fue un año intenso. Mi 2014 tuvo muchos momentos malos. Como nunca antes, muchas de las personas que me rodean y a las que quiero, me decepcionaron. Sentí haber vivido no un año, sino varios años en uno. Sí, intenso es la palabra que mejor le cabe. Pero no malo. Porque por más que haya habido cuestiones negativas, aprendí tanto, tanto, que mi saldo es súper, recontra positivo.
Aprendí que no todo es lo que parece. Aprendí que, en mi ambiente laboral, las personas no son queridas sino útiles. Aprendí que no importa cuánto uno dé a los demás, es probable que los demás no tengan las mismas ganas de darle a uno. Aprendí que el tiempo es lo más valioso que tengo en la vida, y que el único tiempo que vale la pena para mí es aquel que dedico a mi familia, a mis amigos y a mí. Aprendí que en casa tengo dos enormes guerreros que me van a sostener, no importa qué pase afuera. Aprendí que me siento bárbara dedicándole tiempo y esfuerzo a cuidar de mi cuerpo. Aprendí que hay amigos que son familia o más aún. Aprendí que existen personas a las que les hace bien mi presencia y mis palabras, que se sienten contenidos, que se sienten a gusto. Y aprendí, también, que en el mundo hay un montón de personas que te echan una mano sin pedir nada, y que sin conocerte, gustan de compartir un tiempo, un hobbie, y no dudan en enseñarte lo que saben. Esto me pasa con el grupo
¿Cosemos Juntas?, que armó
Gra y que me dio la posibilidad de aprender muchísimo de técnicas de patchwork.
Hace ya unos meses, el grupo se propuso un proyecto que me encantó: el mantelito o centro de mesa, pero no pude seguirles el rito. Lo empecé creo que en septiembre, sin embargo, no me dí por vencida hasta terminarlo. Y esta semana lo logré!
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Mi centro de mesa terminado!!! |
Tuve que superar algunos obstáculos, pero creo que el resultado final es satisfactorio. La elección de las telas, como cuando tengo mucho tiempo un proyecto en la cabeza, se me da naturalmente, en algunas ocasiones, aunque no lo puedan creer, sueño con la combinación que termino utilizando. Los colores están a tono con los muebles y accesorios de mi living.
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Los colores de base |
Los beiges y naturales eran obvios, pero qué complicadas de trabajar estas telas tono sobre tono pintadas...!!! Si descoses, no hay forma de disimular por qué lugar pasó la costura...!!! Supongo que podré arreglarlo con un buen lavado...
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Así quedó la base (detrás puede verse mi vieja maquinita de coser!!) |
Tuve otro inconveniente importante a la hora de las aplicaciones. Usé un freezer paper que, después de planchar, no pude despegar y me deshilachó toda la tela. Qué decepción ese momento!
Cambié el papel y, mientras esperaba la hora para ir a buscar a mi hijo a la terminal, en uno de varios viajes que hizo este año para jugar al rugby, apliqué las hojas (o pétalos, a mi me parecen pétalos). Como llegó a las cuatro de la mañana, tuve tiempo de sobra, jajaja.
Tuve dudas sobre el bordado de las aplicaciones, pero terminé definiendo hacerlo a máquina, obviamente para probar mi regalo del día de la madre! Como todavía no tengo hilos apropiados, me jugué por unos hilos de algodón de bordado a máquina que me regaló mi suegra, que deben tener no menos de 50 años. Miren las bobinas de madera, no son una maravilla? Ya me dijo que tiene más para darme!!! Se corta de vez en cuando, pero una vez que logré la tensión de hilo adecuada, fue rapidísimo!
Como mi fuerte no es quiltear, sé bastante poco, copié el modelo original. Fue lo que más tiempo me llevó, sobre todo, esconder los hilos luego de cada línea de costura.
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El quilteado no es original, lo copié del modelo propuesto. |
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Bastante simétricas las líneas, increíble que me hayan salido! |
El quilting me llevó más de un mes, por supuesto, a veces pasan días sin que pueda sentarme a la máquina, pero estoy orgullosa de la prolijidad del resultado.
Finalmente, el binding. No les puedo explicar lo que me cuesta cerrar un binding...!!! Lo odio!!! Esta vez, corrí hasta la librería y compré broches de papelería y eso me ayudó a acelerar el proceso. Y el procedimiento que ofrecía el modelo original me resultó mucho más rápido, no hay que cerrar a puntada escondida, es mi salvación!
Todo lo que aprendí en este trabajo puede compararse con mi año 2014. Idas y vueltas, pero siempre para adelante. Y el resultado, el resultado me hace feliz.