Translate

Los perdedores y los autodidactas siempre saben mucho más que los ganadores. Si quieres ganar, tienes que concentrarte en un solo objetivo, y más te vale no perder el tiempo en saber más: el placer de la erudición está reservado a los perdedores. Umberto Eco, 2015

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Hasta el próximo año!!!






En menos de una hora termina el día de Navidad. Ya nos hemos reunido, hemos comido y bebido copiosamente, nos hemos fotografiado y, los más suertudos, han recibido lindos regalos. Creo que aquellos que tienen una vida más espiritual que la mía disfrutan mucho más de esta fecha, sin embargo tiene su encanto poder reunirse con los afectos. Espero que todas hayan pasado una hermosa y tranquila Nochebuena y una feliz Navidad.

Mañana vuelvo a partir, esta vez a mi refugio cordillerano donde no hay señal de celular ni de internet y donde suelo ser muy feliz sola con mis hombres. Por unos días no visitaré ni publicaré estas notas, algunas veces sin sentido, que suelo ofrecerles humildemente. Deseo con todo mi corazón que podamos comenzar un 2014 con la esperanza de que la vida siempre mejora, porque es así, siempre mejora.



sábado, 21 de diciembre de 2013

Aires navideños

Hace cosa de dos meses, o tal vez un poco más, decidí que este año mi decoración navideña la iba a hacer yo. Compré hermosas telas navideñas a Telas a retazos y a Teresa Ve, como les mostré acá... Busqué lindos proyectos que no fueran muy difíciles para una casi novata como yo.... Y, para variar, no encontré el tiempo para concretar estos planes. El trabajo lo ocupa todo, como un gran pulpo que abraza mis días y los hace suyos...

De todas maneras, aprendí. Porque antes de acostarme, todas las noches, visito blogs y veo cómo pueden hacerse las cositas que me gustaría hacer. No quiere ser consuelo de tontos, no, para nada, primero porque es verdad, aprendí mucho, mucho, mucho y, segundo, porque no fue en vano, me quedan un montón de proyectos para el año que viene! Terminé el tapicito para la puerta que les había mostrado acá. Eso sí, no lo colgué porque todavía no hice a tiempo de ir a buscar un pequeño barral de madera jajaja... 


Sepan disculpar, le corté la cabeza a mi asistente porque esta vez no quería salir en la foto. Tal como había pensado cuando terminé el top, lo quilteé a mano con un hilo de bordar amarillo y, aunque no se note demasiado, hasta me animé a unas estrellitas de Navidad.

Otro proyecto que me quitaba el sueño era aprender a hacer las bolas del árbol en patchwork sin aguja. De la casa de mi amiga Liliana en Brasil me traje los adornos de su arbolito hechos por ella, hace ya como siete años. Pero necesitaba intentarlo yo y encontré en internet varias maneras de hacerlos. Llena de optimismo encaré la que más me gustaba y me salió bastante bien:


Como al principio ni me imaginaba cómo se hacía, deambulé por la web hasta encontrar el blog de Patchwork Estudio, donde está muy bien explicado el procedimiento para la realización de las bolas de navidad y algunos otros adornos muy bonitos.


La intención era hacer una media docena de nuevos adornos para el arbolito, por esa tradición de que todos los años hay que agregarle algo nuevo. Quedó en intención. Si ni siquiera estuve el día del armado del árbol, ya que el trabajo me había llevado lejos de casa... Pero, como el conocimiento no se pierde sino que se potencia, el año que viene no voy a necesitar investigar tanto cómo se hace y, seguramente, podré dedicarme a hacer! Y "la bola solitaria" tendrá compañía.

Para todas se vienen días de preparar ricas comidas, comprar los regalos y dirigir el tránsito familiar para que todos disfruten de las fiestas. Para mucha gente no es una fecha fácil y para mí tampoco lo fue durante muchísimo tiempo, más tiempo del que creo conveniente para una persona de mi edad. Pero ahora, con mi familia tan bien, sanos, con tantos proyectos por delante, no puedo sino disfrutar de cada momento que dedicamos a festejar y a ser felices. Ahora sí me gustan las fiestas y las disfruto! Y espero que cada una de ustedes también disfrute rodeada de afectos. Hasta una próxima entrada y que tengan unas fiestas de mucha felicidad!!!!!!


sábado, 14 de diciembre de 2013

Volviendo desde el fin del mundo



Como les había comentado en una entrada anterior, mi trabajo me llevó a Ushuaia unos días, ciudad que no conocía, pero que me impresionó por el bello escenario en el que se inserta. Para las que no son argentinas, les cuento que Ushuaia es la ciudad más austral del mundo, y queda en el último ángulo de la provincia de Tierra del Fuego, allí donde termina mi país. Encontré este mapa en la red para ilustrar la ubicación de Ushuaia en su provincia.


Ushuaia me recibió una tarde con 4 grados bajo cero de temperatura y una copiosa nevada, en pleno diciembre!!! Yo había salido 12 horas antes de mi casa con casi 30 grados, eso sí fue una gran diferencia! Es impresionante la variedad de climas que ofrece mi país, hasta a nosotros nos asombra... En mi viaje, no todo fue trabajo, también tuve oportunidad de visitar y deslumbrarme con preciosos paisajes y una riquísima historia. Les dejo algunas fotos, pidiendo disculpas porque de ninguna manera hacen justicia a la belleza del entorno.

El Lago Roca o Acigami, nombre en lengua yámana
 
El Lago Acigami es de origen glaciario y desagota sus aguas en el canal de Beagle. Se encuentra dentro del Parque Nacional de Tierra del Fuego. El día estaba nublado pero sereno y el lago parecía un espejo. Fue un momento de paz increíble, tan poco común en la vida de locos que llevo todos los días.
  
Pabellón histórico del Presidio de Ushuaia
También recorrí la histórica cárcel de Ushuaia. La foto es del único pabellón que ha quedado en su estado original. El resto de ellos fue convertido en museo, sala de arte y hasta tienda de souvenires. El edificio data de 1902, cuando se comenzó a construir al este de la por entonces pequeña ciudad de Ushuaia. La construcción finalizó en 1920 y fue llevada a cabo por los mismos presos. Fuera de la cárcel los penados fueron utilizados para trabajos como la construcción de calles, puentes, edificios, además de la explotación de bosques. En 1947, la Presidencia de la Nación dispuso la clausura de la cárcel. 

Faro Les Eclaireurs
Por último, navegué hasta el Faro Les Eclaireurs, que algunos llaman el Faro del fin del Mundo, aunque en realidad, ése es otro faro que se encuentra en la Isla de los Estados. El faro Les Eclaireurs ilumina la entrada a la Bahía de Ushuaia, sobre el canal de Beagle. En la actualidad, sigue funcionando alimentado por paneles de energía solar. Por alguna extraña razón me emocioné al ver el faro en vivo y en directo, tantas veces había visto sus fotos y ahora estaba parada allí, frente a él.

Tengo que reconocer que mi trabajo, a pesar de sus aristas complicadas, la presión, el poco tiempo que me deja para las cosas que me gustan, etc., me permite conocer lugares como Ushuaia, tan moderna por un lado y tan llena de mística y extraña magia, por el otro.

martes, 3 de diciembre de 2013

Cambio de opinión

En esta época, en la cual se valora tanto la coherencia yo admito: Cambio de opinión! No en las cuestiones fundamentales de la vida, eso no, lo lamento por aquellos que están esperando que, en algún momento, me llegue la "madurez" y coincida con ellos. No, soy una persona grande y los cambios en mi manera de pensar se han dado sólo en un sentido: para profundizar lo que siempre he sentido. Pero cuando estoy cosiendo, bordando o tejiendo, cambio de opinión todo el tiempo.

Eso mismo me está pasando con el tapiz que comencé para mi living, cuyos primeros bloques les mostré acá. En esa misma entrada les contaba que no iba a festonear los bloques con aplicaciones, que quería puntada escondida, blablabla. Pero me dieron muchas ganas de probar cómo quedaría si la bordaba y... probé. Quedo así:

Casita festoneada

Detalle del tejado

Detalle de la parte inferior
Y me encantó! Así que, cambio de planes, las aplicaciones serán festoneadas. He dicho!

También hice uno de los bloques geométricos, otro "homenaje" al Dear Jane, en su bloque A5, con una levísima modificación, a ver si se dan cuenta cuál es...

Aquí todas las piezas acomodaditas como las muestra mi ídola y coterránea Gladys 

Y aquí el bloque terminado (aunque no le saqué las ojeritas de perro)
Prolijo quedó. Pero también un poco más grande que el resto de los bloques. Mi marido me hizo el patrón en la compu, creo que le dí mal las medidas o algo pasó. Parece que lo tendré que repetir.

Para que se den una idea de lo agrandada que estoy, les muestro una fotito de la portada de la revista Labores, de la cual estoy haciendo el tapiz. Y sí, soy novata pero corajuda...!


Ahora se vienen épocas complicadas para coser. Además del cierre del año en el trabajo, están todas los cierres de todas las actividades del niño, las tardes en el río, las vacaciones... Y hablando de cierre de actividades, acá está la razón de mi vida, justo, justo en el momento de lanzarse a la pileta para su exhibición de natación.


Chicas, eso es todo por unos días. En pocas horas estoy partiendo hacia el fin del mundo a trabajar. No conozco el lugar pero dicen que es maravilloso. Trataré de hacerme tiempo para sacar algunas fotos que pueda mostrarles. 

Buena semana!




lunes, 25 de noviembre de 2013

Mi primer SAL!!

Desde que comencé esta aventura de la vida bloggera, casi todos los días veo preciosos trabajos de chicas que participan en esos proyectos colectivos tan divertidos a los que llaman SAL. Mi primera impresión fue que no era el tipo de actividad en el que yo pudiera involucrarme, ya que siempre ando con poco y nada de tiempo. Después me dije: "por qué no?" Quedé, en cierto modo, a la espera de que se me presentara la oportunidad. Y se presentó!!! Carmen de La tijera de Clío nos propone un SAL misterioso que inicia el 2 de enero de 2014. Hay tiempo para anotarse hasta el 28 de diciembre. El proyecto no se conoce, sino que lo iremos descubriendo todas juntas a medida que Carmen envíe las instrucciones y progresemos en la construcción. No es divertido? Hace tanto tiempo que no me entusiasmaba tanto con algo...! Estoy contentísima!


domingo, 24 de noviembre de 2013

Que vivan los naranjas!

Cuántos días sin escribir...! Si bien, cuando inicié este blog la intención era postear aunque más no sea una vez por semana, el trabajo pendiente que debo terminar antes de fin de año y el enorme cansancio que siento se han confabulado para que no haya podido cumplir con lo que me había propuesto. Mi trabajo tiene un cierto nivel de presión y yo ya no estoy tan joven como antes... Días y días llegando a casa sin el ánimo de agarrar una aguja o sentarme a la máquina de coser... Pero en un mes comienzan las vacaciones y eso me da el coraje para seguir adelante...

No sé si es que me he tomado con mayor seriedad mi pasión por las manualidades o el hecho de que las preferencias cambian a medida que cumplimos años, pero hasta mi predilección por determinados colores también se ha modificado. Cuando me preguntaban por mi color favorito hace unos 10 ó 15 años, decía: azul! Raro, no? Un color frío... si hasta la decoración de mi fiesta de casamiento estuvo hecha en azul. Si me volviera a casar (cosa imposible, jajajaja) elegiría algún color cálido, no tengo dudas. Últimamente tengo una preferencia especial por el naranja (o anaranjado, como le decía cuando era chica): tengo zapatos naranja, cartera naranja y un montón de ropa de ese color.

Por eso, sentí un placer especial al hacer dos nuevos bloques para el cubrecamas de mi hijo, ése del que les conté acá. Voy muy lento, pero ya me faltan menos bloques, yo creo que con tres más voy a estar en condiciones de comenzar a montarlo. Pero quiero mostrarles el resultado:

Con naranjas más estridentes

Con naranjas más tranquilos
No sé si yo soy demasiado conformista, pero me encantaron ambos resultados. 

Espero volver a escribir pronto. No tengo mucho, mucho más para mostrar, pero algo hay. Espero que todas estén pasando un hermoso domingo y lo disfruten mucho!




domingo, 10 de noviembre de 2013

Legado

Mucho se ha hablado de la relación suegra-nuera. Bueno, en mi caso, nada que ver. Mi suegra es una persona buenísima y, aunque seguramente en algún momento dudó de mi relación con su hijo, nunca me hizo un desplante, nunca una mala cara, nunca se metió en mi casa, ni en mi relación con mi marido o con sus hijos, ni con la crianza de mi hijo. No me puedo quejar de la suegra que me tocó. Y, siendo sincera, creo que es porque mi marido nunca superó su Edipo y, en cierto sentido, yo me parezco mucho a su madre. 

Lo que más comparto con mi suegra es la pasión por la lectura y las manualidades. Somos lectoras compulsivas, compramos muchos libros y nos vamos pasando los que más nos gustaron. Gracias a ella conocí y comencé a leer autores que antes no había registrado, cosa que probablemente, también ocurrió al revés. Pero con las manualidades no es tan recíproco, porque ella sabe mucho más que yo, así que siempre estoy en el rol de la alumna atenta.

En varias ocasiones trató de enseñarme a tejer frivolité y no había caso, yo no agarraba viaje... Hasta que el verano pasado, un domingo al lado de la pileta y con la asistencia de mi amiga Ely, que también es una experta en esa técnica, hicieron un último intento y... aprendí. Mi primera florcita:


Practiqué bastante y después lo abandoné. Yo necesito que la labor que encaro tenga una función ya destinada, no puedo empezar algo que no sé dónde va a quedar, de qué va a servir. Se ve que tengo desarrollada por demás la glándula de la función utilitaria, jeje. 

Como para fomentar mi interés por todo tipo de labor, hace unos meses mi suegra apareció en mi casa con una bolsa de hilos de varios tipos: para bordar a máquina con carretes de madera (una reliquia!!), cordoné de seda de los colores más brillantes que se imaginen (hilos de más de 50 años!), y algunos ovillos de DMC Nº 50. La que conoce un poco sabe que éstos últimos son muy pero muy finitos. Bueno, motivada de esta manera decidí encarar nuevamente el frivolité. Tomé un patrón bastante sencillo del video Los primeros pasos del frivolité. Y comencé:

Primera ronda

Segunda ronda

Resultado final

Su lugar en mi mundo
Ahora que aprendí, no me frenan más. En unos días les muestro lo que estoy haciendo en este momento. Ah, el domingo pasado mi suegra se ofreció a enseñarme su manualidad preferida: punto cruz! IUPIIIIII!!!!

jueves, 7 de noviembre de 2013

Viento

La región del país en la que vivo se caracteriza por sus épocas ventosas. La gente que lleva viviendo muchos años en esta zona dice que ya los vientos no son lo que eran, que ahora nos quejamos de nada, que antes la tierra amontonada tapaba la mitad de las puertas de entrada a las casas, etc. Seguramente es así, no es lo mismo una tormenta de viento en un pueblo pequeño perdido en la estepa, que una tormenta de viento en una ciudad en la cual las torres de departamentos parecen surgir de la tierra por generación espontánea. Pero igual trae sus inconvenientes...

Ayer tuvimos un día con esas condiciones climáticas. Las ventanitas de mi oficina golpearon desde el mediodía y se veía el cielo cada vez más marrón. Cerca de las 3 de la tarde se había oscurecido bastante y recibí un mensaje "urgente" desde el colegio de mi hijo, pidiendo que lo retirara, ya que Defensa Civil había aconsejado la evacuación de los establecimientos escolares. Allá fui a por el niño, y de allí a casa, a quedarnos encerraditos, ya que era imposible abrir ventanas. Como no era día para deportes, tampoco salimos para que mi hijo tenga su clase de tenis. Es decir que, gracias al viento, nos sentamos los dos a la mesa a estudiar para su primer examen internacional de inglés, y mamá, es decir, yo, telas, tijeras y otras yerbas en mano, repasaba las palabras y la pronunciación mientras rebuscaba en internet algo sencillo para hacer y ponía manos a la obra.

Y encontré la imagen que sigue, en alguno de los grupos de patchwork que sigo en Facebook (perdón, pero no recuerdo en cual):


Me saqué el gusto de estrenar las telitas navideñas que le compré a Andrea de Telas a Retazos. El resultado es el que se ve abajo:


La técnica utilizada es paper piecing. Aunque no saqué foto, ya está armado el sandwich a la espera de ser quilteado. Tengo varias ideas para hacerlo, pero lo más seguro es que lo haga a mano, porque no me siento segura aún para el quilteado libre a máquina. Además, creo que necesito cambiar la máquina de coser, porque no me parece que la mía sea apta para eso. Veremos si más adelante me animo.

Como verán, a mí no me preocupó en lo más mínimo la tormenta de viento. 

domingo, 3 de noviembre de 2013

Alegría en colores

Vengo un poco frustrada. Estoy trabajando muchas horas y, cuando llego a casa, estoy muy cansada o con muchas cosas de las cuales ocuparme como para ponerme a coser. Tengo, entonces, tres o cuatro proyectos en marcha, muchas ganas de avanzar y aprender y nada de tiempo para hacerlo. Es muy frustrante. 

Trato, entonces, de darme algunos gustos. Y este viernes, me llegaron las encomiendas con los gustos que me dí. Nuevas telas de las que ofrecen Teresa y Paula, tan lindas (las telas y ellas también), ya están en casa. Y, si bien no fue el viernes sino unos días antes, también las telas de Andrea están en las fotos, ya que no pude hacer registro de ellas antes. 

Todas juntas y amontonadas
Las telas de Teresa Ve
Las telas de A toda Tela
Las telas de Telas a Retazos
Tantos colores y posibilidades de combinación, hicieron que mi fin de semana comenzara con mucha alegría. Ahora a cruzar los dedos para que pueda tener tiempo para usarlas.

domingo, 27 de octubre de 2013

Mi dispersión

En febrero cumplí 40. No es gran cosa, pero se hacen balances que pueden no ser del todo conscientes. Simplemente una comienza a sentirse incómoda con cuestiones personales o ajenas. El tomar conciencia de esas incomodidades es lo que nos permite intentar el cambio. Entre esas cuestiones que me incomodaban estaba una dedicación excesiva al trabajo. No, no soy una workaholic, ni ahí, pero sí llevo como una pesada carga sobre mis espaldas, una terrible obligación de hacer todo perfecto. Lo confirmo, sentirte obligada a portarte siempre bien y no equivocarte trae problemas de salud. Ah, y no trae beneficios extra.

Así llegué hasta acá. No puedo dejar de masacrarme la cabeza si algo no sale perfecto, pero tomé la decisión de hacer todo aquello que me gusta y siempre quise hacer, como para equilibrar esta locura. Por eso decidí tomarme más en serio mis ratos para mí. Por eso armo la mesa de costura todos los días que puedo, por eso no dejó de correr aunque esté muerta de cansancio, por eso aprendí a jugar al tenis, por eso disfruto de la vida con mis dos amores, así sea comiendo un asadito un domingo como éste.

Esto de saltar de una actividad a otra se ha hecho carne en todos los aspectos de mi vida. Nunca estuve tan dispersa. Pero, bueno, estuve enfocada durante 40 años. ¿Qué más querían? Mis manualidades no escapan a esta lógica. Así que, además del cubrecamas de mi hijo, tengo otros cuatro proyectos en marcha. Con suerte puedo dedicar dos tarde en la semana a coser o tejer, adivinen cuándo voy a terminar algo...? Dentro de una vida!!! jajaja

Entre los proyectos que tengo entre manos está un tapiz para mi living. Se trata de un trabajo de 36 bloques, de los cuales todavía no tengo ni idea de cómo se hace la mitad, jajaja, pero soy optimista, voy a aprender! Como ayer terminé el tercero, me pareció que era buen momento para mostrarles los exiguos avances.


Como verán, el primer bloque es un "homenaje" al C8 de Dear Jane. Aclaro: el plagio no es mío, sino de la revista de donde saqué el proyecto. Lo hice con la técnica de paper piecing que, más o menos, domino (acá me agrandé).


El segundo bloque es una aplicación. Lo más jugado que había hecho en aplicaciones hasta ahora eran unas hojitas (acá se pueden ver). Pero no salió tan mal. No está festoneado porque decidí que, para este proyecto en particular, prefería todas las aplicaciones con puntada escondida. No faltará la oportunidad para probar el otro método.


Y el tercer bloque es un log cabin. Me llevó toda la semana, se imaginarán el tiempo que le pude dedicar cada día, no?


Y así quedan lo tres juntitos, por ahora... 

domingo, 20 de octubre de 2013

Primeras andanzas con paper piecing

La temporada de frío no me sienta bien. El invierno me deprime, me aleja de la gente y los lugares con y en los que soy feliz. Cuando los días se hacen cortos, sin querer me retraigo y me aislo en mi casa. Para completar ese cuadro, justo antes de comenzar el último invierno, mi marido se fue de viaje con sus amigos de toda la vida a Europa. Fue casi un mes. Si bien estuve feliz de que pudiera concretar su sueño, me sentí muy sola, muy desbordada de responsabilidades y actividades. Es que nosotros estamos solos en Neuquén y contamos el uno con el otro para todo. Y con nadie más. En esos días un poco tristes decidí hacer algo que me gustara mucho para levantar el ánimo. No fuera cosa que mi niño me viera así, algo que no me gustaría que pasara. Así fue como comencé otro curso a distancia con Teresita Leal y conocí el paper piecing. Y me enamoré. Todo fue lindo. Primero recibí el kit de Teresita y ya me puse contenta al ver los colores.


En la foto se ve el diagrama. No les puedo explicar lo que me costó entender cómo poner el primer trozo de tela. Pero lo logré, ja. De ahí en más, todo fue placer y diversión.


No sé si se ve bien, pero en esta primera vuelta, tuve que descoser por lo menos una vez.


Cuando llegué a la flor completa, le saqué un montón de fotos!!! Era magia!!!


Y el trabajo del curso me quedó completo. Y así estuvo hasta esta semana, que casi no tuve tiempo, pero con una pequeña ayudita de mi marido, que "cardó" (no sé que quiere decir pero él decía que en casa de mi suegra había una cardadora de lana) el relleno de unas almohadas que descartamos, armé un almohadón que quedó lindísimo en el sillón del living. Este es el resultado final:


domingo, 13 de octubre de 2013

Séptimo

Esta semana tuve un poquito más de tiempo para coser, gracias a las benditas jornadas institucionales que decidieron instituir en el colegio de mi hijo. Así es que, el día martes, el niño en casa y la mamá, también. Aprovechamos los dos para hacer las cosas que nos gustan... Él, leyó y jugó, yo, cosí. Así terminé el séptimo molinete de su futuro cubrecamas. Se me ocurrió, entonces, contar paso a paso cómo los hago, para las chicas novatas como yo. El modelo lo saqué de la revista Patchwork y Quilting, como conté en una entrada anterior.


El séptimo molinete también es amarillo. Comencé por tomarme mi tiempo para decidir la combinación que más me gustaba entre todas las telas en ese tono que tengo en casa.


Una vez decidida la selección, marqué el lugar de cada tela en el resultado final del molinete.


A cortar! Amé esta tela con dinosaurios en cuanto la ví. Todas las telas de este proyecto son de Teresa Ve o de Paula de A toda tela. Cómo no tengo mucho pulso con el cutter circular, necesito sujetar la tela con pequeños trozos de cinta de enmascarar. 


De las telas amarillas, tres se cortan en tiras de 2½" de ancho. La restante se corta en 4 rectángulos de 8½" x 2½". También se necesitan 4 rectángulos de tela blanca de 8½" x 2½" y otros 4 de 8½" x 4½". 


Como mi máquina de coser no tiene pie de ¼", antes de coser, siempre, siempre, marco la línea de costura (no confío mucho en poder calcularla a ojo).


Se comienza por coser las tiras de a dos...


Luego se agrega la tercera...


He aquí la prueba fehaciente de lo bien acompañada que estuve al hacer el trabajo.


Una vez cosidas las tres tiras, y de planchar bien las costuras (siempre orientadas hacia la tela más oscura), se cortan los bloques a las 6½".


Eso da como resultado estos cuatro bloques cuadrados, de 6½" de lado.


Con los rectángulos amarillos que había cortado al principio, más los rectángulos blancos anchos, los de 4½", se cosen otros cuatro bloques.


Después hay que marcar la diagonal sobre el revés del bloque formado por las tres tiras amarillas, y paralela a ésta, a ½" se traza una línea más. Luego se juntan (derechos enfrentados), con los bloques de la foto anterior. Se cose sobre ambas líneas. 


Una vez realizadas las costuras, se corta justo en el medio entre ambas, es decir, a ¼" de una y otra.


La porción más pequeña se reserva para otro trabajo. La porción más grande se plancha, teniendo especial cuidado en que las costuras queden orientadas hacia el bloque de las tres tiras.


Al bloque resultante de la unión se le cose el rectángulo blanco restante (el de 2½" de ancho).


Antes de coser los cuatro bloques finales, los dispongo bien orientados sobre la plancha de corte, porque aunque haya hecho otros seis anteriormente, nunca recuerdo bien por dónde tenía que coser.


Y éste es el resultado final de un día de costura en casa, gracias a que mi hijo no tuvo clases en su colegio. Todavía me quedan por hacer cinco molinetes. Y el ensamble final, marco incluido. Pero cada vez me gusta más cómo van quedando.