Hoy les dejo una entradita rápida y sin reflexiones, para aligerar un poco el tono del blog (y el de mi vida, por qué no?). Si me vienen siguiendo desde hace un tiempo, sabrán que hace poco más de un año me mudé. La casa es mucho más grande que el departamento céntrico anterior así que ando escasa de muebles :))) Además, pretendo darle un estilo de decoración diferente. Pero como por ahora no hay recursos para muebles nuevos, iré tratando de renovar lo que tenemos y darle la mayor funcionalidad posible.
Ése fue el objetivo en mente cuando volví a mirar (a MIRAR, porque verla, la veía todos los días) esta mesita de arrime que teníamos en el comedor del departamento, con el teléfono y tapada de papeles, y que en la casa nueva recayó en la entrada.
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Quería sacar una foto de la mesa en estado original pero mi marido me ganó de mano y, cuando me dí cuenta, la mesa estaba semi-desarmada en el patio |
Estaba MUY fea, pero MUY. Tenía golpes por todos lados y las patas muy manchadas de salpicaduras.
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Piedra libre a Mamba, durmiendo al fondo!!! |
Primero la lavé con detergente, luego le pasé sal de limón en gel, que sirve para eliminar las manchas provocadas por el tiempo, la exposición a los rayos del sol y otros eventos. Este gel me ha sido muy útil, aunque no ví en ninguna página de carpintería que lo recomienden, algún problema tendrá. A mí me lo sugirió un viejito muy amable en una pinturería.
Por recomendación de otra pinturería, le dí una mano con un látex al agua gris que tenía en casa como base.
Me hice preparar este color divino y súper impactante, creo que fue el riesgo más grande que tomé en mi vida jajaja.
El resultado final me dejó muy satisfecha. Los tiradores de madera decorada fueron un hallazgo, elección de mi marido.
Espero que estén teniendo una buena semana. Acá ya empezaron a reventar los brotes de las plantas y se nota que pronto llegará la primavera. Disfruten!